sábado, 19 de noviembre de 2011

Perfil del Supervisor

El tema de la supervisión en las últimas décadas ha recobrado una gran importancia, implementándose en las diferentes instituciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, por entenderse la importancia que reviste la verificación de los procesos, cumplimientos de normas y medidas en diferentes ámbitos de la sociedad que merecen una rígida supervisión y monitoreo para garantizar un buen producto o servicio final. Ezpeleta (2003), plantea que la supervisión es: “elemento clave en el funcionamiento institucional de los planteles y que por lo tanto, necesita cambiar y este cambio debe encaminarla al apoyo de las actividades sustantivas de la escuela, la enseñanza y el aprendizaje y, como instancia administrativa intermedia, para articular desde ella, una serie de cambios en la gestión escolar”, (p.567).
La supervisión viene desempeñando importantes funciones en los sistemas educativos nacionales. Normalmente se entiende que la supervisión es una actividad ejercida por determinados profesionales de la educación, supervisores o inspectores, que lleva consigo el desempeño de múltiples funciones relacionadas con el control, la evaluación, el asesoramiento y la gestión de los diferentes elementos que conforman los sistemas educativos.
Al momento de hablar de supervisión se debe pensar sobre las concepciones que se tienen de la supervisión para poner de manifiesto las distintas miradas que existen sobre la misma; asimismo, inferir sobre el perfil del supervisor o supervisora, que asumiría la responsabilidad de llevar a cabo esta importante y delicada tarea. Otro detalle de gran valor es conocer cuáles son sus finalidades y cuáles estrategias serían las más pertinentes para realizarlas.
En el ámbito educativo el/la supervisor/a trabajará alrededor de la parte pedagógica y administrativa, cada una con su particularidad e importancia. En la última el/la supervisor/a tendrá un contacto directo con los directores y el personal administrativo, orientado a la parte técnica de control del centro educativo, en todo lo concerniente a cumplimiento de horario, calendario escolar, manejo del desayuno escolar, manejo de personal, reglamento interno, relación escuela comunidad, entre otros aspectos de gran relevancia. La supervisión en este caso se fundamenta en la observación de documentos y/o evidencias que permiten confirmar el cumplimiento o no de lo observado.
En la parte pedagógica se potencia en gran medida la observación de procesos, conducción, uso de estrategias por parte del/la docente, la selección y ejecución de actividades pertinentes para propiciar el logro de los objetivos diseñados previamente en la planificación docente. Es bueno señalar que es una de las partes más delicadas del proceso de supervisión, pues el/la supervisor debe empoderarse de los conocimientos necesarios para poder evaluar si lo que observa está de acuerdo a lo estipulado y si debe ofrecer ayuda a través de sugerencias puntuales en el caso que lo amerite.
Todo esto provoca la reflexión de cuál es el perfil que debe exhibir el/la supervisor/a en los momentos actuales, entendiendo que ya nadie es dueño absoluto de la información, que cualquier persona puede tener el conocimiento y destrezas y que se hace necesaria una adecuada comunicación que garantice el entendimiento entre el supervisor y el supervisado.
Bunge, (2001), señala que “La comunicación es la transmisión de una señal o mensaje cognitivamente significativo, esto es, que incluye un conocimiento, ya sea datos, conjeturas, preguntas, instrucciones o mandatos, considerando así mismo que la puesta en marcha del proceso de comunicación, implica la interacción de sujetos, utilizando el lenguaje adecuado que les permita un nivel de entendimiento mutuo”, (p.221).
Bunge es muy claro cuando se refiere al proceso de la comunicación, lo que implica una interacción de sujetos en el caso de la supervisión, aunque el momento de la observación se realiza sin la interacción activa del supervisado, ya en el momento de la socialización es cuando entra en juego la verdadera comunicación entre los dos actores. Comunicar implica saber escuchar, siendo esta una de las competencias básicas del lenguaje en todo ser humano. En el caso del supervisor/a se debe desarrollar estas habilidades para propiciar una comunicación eficaz que permita el entendimiento mutuo al que hace referencia este autor.
Otras de las cualidades que debe tener un/a supervisor/a es la empatía. Dupuy (1995), la concibe como “un proceso que abarca actividades cognitivas, afectivas y conductuales del docente y que se va desarrollando en la medida que transcurre el encuentro con el estudiante, siendo sensible a los cambios que se producen en la relación”. Esta cualidad guarda relación con las estrategias didácticas que emplee el supervisor/a desde que llega al centro o aula, saluda y explica el propósito de su visita, donde su presencia se perciba como una persona capaz, respetuosa y colaboradora.
Díaz Barriga & Hernández Rojas (1998, p. 284) sostienen que las estrategias “consisten en realizar manipulaciones o modificaciones en el contenido o estructura de los materiales de aprendizaje, o por extensión dentro de un recurso o una clase, con el objeto de facilitar el aprendizaje y comprensión de los alumnos, son planeadas por el agente de enseñanza docente o diseñador de materiales y deben utilizarse en forma inteligente y creativa”. Llevado al plano del supervisor/a las estrategias van desde ubicarse en un lugar prudente en el centro o aula, pedir discretamente los materiales y/o documentos a revisar, mantenerse equilibrado/a, observar el proceso sin hacer gestos que denoten faltas en el supervisado o acompañado. En el momento del diálogo reflexivo, mostrar respeto y tener actitud de escucha. Es muy importante que el/la supervisor/a mantenga en planos diferentes la amistad con el supervisado a fin de que los resultados de la supervisión se acerquen a la realidad que se supervise.
Para que el/la supervisor/a debe contar con un perfil que le permita lograr los objetivos sobre lo planificado, necesita combinar unas series de habilidades que le permitan interactuar y monitorear procesos. Entre estas habilidades se consideran las siguientes: La facilidad para captar, analizar y comprender rápidamente y con facilidad las ideas o conceptos que se le presenten; estabilidad emocional; el grado de control que tiende a poseer la persona en sus relaciones con otros seres humanos; el nivel de entusiasmo evidente en contextos sociales; comportamiento ante situaciones de estrés; el control de los sentimientos en su toma de decisiones; la identidad social con los demás, entre otras.
Finalmente se concluye en que la preparación académica del supervisor es fundamental, pues debe llevar un paso adelante del supervisado, conocedor de las tareas a supervisar. También la habilidad que desarrolla al seguir instrucciones sobre un determinado proceso son indicadores puntuales en el rol del supervisor. El individuo sólo puede llegar a ser buen supervisor/a, a través de una gran dedicación, de una experiencia ilustrativa y satisfactoria adquirida por medio de programas formales de adiestramiento y de la práctica frecuente.

ANDREA SIME
CODIRECTORA EDULHA
REPUBLICA DOMINICANA


Fuentes Bibliográficas
Álvarez, Z. (2009) Impacto de la Supervisión en el Mejoramiento de la Calidad de la Gestión de la Región Cusco – Perú Revista No 10, de la Asociación de inspectores de Educación de España, recuperado 08 de octubre de 2009.
Bunge, M. (2001), (2001). Diccionario de Filosofía. México: Siglo XXI, 221 pp.

Díaz Barriga, A. F. & Hernández Rojas, G. (1998). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. México: McGraw-Hill.

Dupuy, J. (1995). Rol del Supervisor. Recuperado en agosto de 2009, de
www.foroaps.org/hitalba-pagina-articulo.php,/040924182324.html

Revista Electrónica Praxis Investigativa REDIE Vol. 2, No. 3; Julio de 2010,
p. 58.

Pérez R. (2005), Supervisores a la carga, Editora Offiset serigrafía Rodríguez, S.A., Santo Domingo R.D.
www.monografías.com
Ezpeleta (2003). Sobre el cambio en la Supervisión. Revista Mexicana de investigación Educativa No.9, Vol. 21 (abril-junio).